Efesios y el Propósito Supremo de Dios
Efesios es una carta de gran profundidad que ha causado gran impacto en el pensamiento y la teología cristiana. Abunda sobre el misterioso y asombroso concepto de cómo Cristo reconcilia la creación con Dios. Esta acción divina de reconciliación, tal y como se describe en esta epístola, constituye el núcleo de la creencia cristiana y el propósito supremo de la vida, muerte y resurrección de Cristo. Como deja claro Efesios 1:10, la voluntad eterna de Dios es “reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. Esto significa que toda la creación estará finalmente unida bajo el dominio de Cristo.
Efesios muestra que los creyentes no sólo somos reconciliados, amados y elegidos por Dios. El Espíritu Santo también nos capacita para vivir una vida nueva y santa ante Dios (Terry Glaspey. Bible Basics for everyone. 2013 Harvest House p.88). Esta nueva vida la manifestamos en nuestras relaciones con los demás, particularmente en nuestra vida familiar, y en la forma en que resistimos las tentaciones del diablo vistiéndonos con “toda la armadura de Dios”.
Autor y fecha
Lo más probable es que Pablo haya escrito esta epístola hacia el año 62 d.C., mientras estaba preso en Roma. Éfeso se encontraba en Asia Menor (hoy parte de Turquía). Era la cuarta ciudad más grande del Imperio romano y un importante puerto (Wittmer, Michael. The 5 Minute Visual Guide to the Bible Barbour 2021, p.280). Pablo había permanecido allí un corto tiempo durante su segundo viaje misionero y luego, en su tercer viaje, permaneció y ministró allí durante tres años (véase Hechos 18:18-20:38).
Probablemente Pablo escribió Efesios no sólo para la Iglesia de la ciudad de Éfeso, sino para varias iglesias de la zona. De modo que Pablo podría haber tenido la intención de que fuera una especie de carta circular a las iglesias de esta zona cuya ciudad central y más importante era Éfeso (véase la Introducción a Efesios en Bible Knowledge Commentary. Cook Communications 1983 y ESV Study Bible Crossway, 2014).
Algunos eruditos han sugerido que Efesios fue escrito por uno de los asociados de Pablo y no por el Apóstol. Sin embargo, esto ha sido refutado por otros eruditos mediante cuidadosos análisis que muestran las similitudes lingüísticas y estilísticas entre la Epístola a los Efesios y las demás cartas de Pablo. Los estudiosos también han observado que el vocabulario, la gramática y la sintaxis utilizados en Efesios coinciden estrechamente con el estilo de escritura de Pablo. Por ejemplo, el uso de frases largas y estructuras gramaticales complejas, características de la escritura de Pablo, se encuentra en toda la carta.
Efesios también exhibe el uso distintivo que hace Pablo de ciertas frases y expresiones, tales como la frase “en Cristo” o el concepto del “misterio de Cristo”.
Efesios también aborda temas como la salvación, el papel de la Iglesia y la unidad de los creyentes, que concuerdan con las enseñanzas de Pablo en sus otras cartas. Además, la epístola contiene referencias a los conceptos teológicos distintivos de Pablo, entre ellos la idea de la iglesia como cuerpo de Cristo y el concepto de gracia.
Divisiones de la Epístola
En los tres primeros capítulos de Efesios Pablo presenta una visión grandiosa del papel de Cristo en el universo, haciendo hincapié en su obra no sólo en los creyentes individuales sino en toda la creación. De esta visión de Cristo y de la Iglesia, Pablo extrae también importantes implicaciones para la vida cristiana. Éstas son el tema de la segunda parte, compuesta por los capítulos 4-6.
De modo que podemos dividir la Epístola a los Efesios en dos partes:
A. Los capítulos 1-3, que proporcionan la base teológica de nuestra posición en Cristo.
B. Capítulos 4-6 que ofrecen lecciones prácticas sobre cómo vivir una vida justa y santa de acuerdo con esta posición.
Efesios y las otras epístolas de Pablo
Las epístolas de Pablo forman una parte importante del Nuevo Testamento, y Efesios es una de las más influyentes. En comparación con sus otras cartas, Efesios destaca por su perspectiva universal. Mientras que la mayoría de las cartas de Pablo abordan cuestiones específicas dentro de iglesias concretas, Efesios no identifica ningún problema en particular, sino que trata temas más amplios aplicables a todos los creyentes, independientemente de su contexto geográfico o cultural.
Los temas universales de Efesios la convierten en un recurso vital para comprender la teología de Pablo en su conjunto. Proporciona una imagen más clara de las implicaciones universales de la obra de Cristo y nos ayuda a comprender mejor otras epístolas paulinas.
Temas principales de Efesios
Los dos temas principales de esta epístola pueden enunciarse como:
1. La obra de Cristo reconciliando a toda la creación con Dios.
2. La unión de personas de todas las naciones y lenguas con Cristo y entre sí en la Iglesia (véase la Introducción a Efesios en la Biblia de Estudio Esv).
A través de estos temas principales, Efesios presenta una visión global de la vida cristiana. Ofrece orientación sobre el modo de vivir en consonancia con las enseñanzas de Cristo, y cómo desenvolverse en la guerra espiritual utilizando la “armadura de Dios”. Además, hace hincapié en la unidad de todos los creyentes en Cristo, afirmando que, mediante la fe, todos los creyentes sin distinción de nacionalidad o raza son miembros de un solo cuerpo: la Iglesia.
Cristo reconcilia la creación con Dios
El concepto de cómo Cristo reconcilia la creación con Dios es el primer tema central de Efesios. Pablo presenta a Cristo como el agente divino a través del cual Dios devuelve toda la creación a una relación armoniosa consigo mismo. Esta reconciliación se presenta como el plan definitivo de Dios para el cosmos. El poder de Dios desplegado en la vida, muerte y resurrección de Cristo se presenta como el medio a través del cual se lleva a cabo este plan.
En Efesios 1:10, Pablo describe este plan de Dios de la siguiente manera “reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra (RVR60)”. Esto implica que toda la creación, incluidos los ángeles, no sólo la humanidad, estará sujeta a Cristo. En Cristo se restaura la armonía original que existió antes de la caída de la humanidad en el pecado. Las líneas divisorias entre el cielo y la tierra, lo espiritual y lo físico, se superan en Cristo.
Esta reconciliación cósmica también tiene implicaciones para nosotros como individuos. A través de Cristo, somos devueltos a una relación correcta con Dios y liberados del poder del pecado y de la muerte. No sólo estamos reconciliados con Dios, sino también entre nosotros, ya que todos somos miembros del único cuerpo de Cristo. Eso nos lleva al otro tema principal de la epístola.
Cristo une a todos en la Iglesia
El otro tema fundamental de Efesios es cómo Cristo une a todas las personas en la Iglesia. Según Pablo, a través de la obra de reconciliación de Cristo, todos los creyentes, independientemente de su origen cultural o étnico, están unidos en un solo cuerpo: la Iglesia.
En Efesios 2:14-16, Pablo declara que Cristo ha derribado “la pared intermedia de separación” entre judíos y gentiles, creando en Sí mismo una nueva humanidad. Esta unidad profunda supera las barreras culturales y étnicas y refleja la unidad en Cristo de toda la creación.
La unidad de los creyentes en la Iglesia no es sólo un concepto teórico o teológico. Es también una realidad práctica. Exige amor mutuo, respeto y cooperación entre los creyentes. Nos desafía a rebasar nuestro individualismo y abrazar nuestra identidad como miembros del cuerpo de Cristo.
La salvación por gracia mediante la fe en la Epístola a los Efesios
El concepto de salvación por gracia es esencial en Efesios. Pablo subraya que es por gracia, por medio de la fe, por lo que somos salvos y no por nuestras propias obras. Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9 LBLA). Siendo así, nadie puede jactarse de haber hecho algo para merecer la salvación. Esta enseñanza refuta cualquier noción de que podemos ganarnos nuestra salvación mediante buenas obras. Por el contrario, resalta el favor inmerecido de Dios hacia nosotros. Estos versículos fueron uno de los más influyentes en la reforma protestante.
Nadie ha hecho buenas obras que puedan ganar la salvación, y las buenas obras que hacemos después de venir a Cristo son el resultado y la consecuencia de la obra de la nueva creación de Dios en nosotros. (Ver nota de ESV Study Bible acerca de Efesios 2:9-10). Tal como lo expresa Pablo: Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas (Efesios 2:10 LBLA).
La salvación por gracia mediante la fe cambia fundamentalmente nuestra relación con Dios. Nos libera de la carga de intentar ganarnos el favor de Dios y nos permite descansar en su amor incondicional. Nos capacita para vivir en respuesta a ese amor, no por obligación o miedo, sino por gratitud y gozo.
La enseñanza de la salvación por gracia también tiene implicaciones para nuestra forma de considerar y tratar a los demás. Si somos salvados por la gracia, no por nuestras obras o méritos, entonces no tenemos motivos para jactarnos o menospreciar a los demás. Todos somos receptores de la gracia inmerecida de Dios, y esto debería llevarnos a extender gracia a los demás.
Vivir la vida cristiana
Efesios ofrece una guía práctica para vivir la vida cristiana. Nos llama a vivir de una manera digna de nuestra vocación (Efesios 4:1), haciendo hincapié en virtudes como la humildad, la mansedumbre, la paciencia y el amor. Nos anima a despojarnos de nuestro viejo yo y a revestirnos del nuevo, creado para ser a semejanza de Dios en verdadera justicia y santidad (Efesios 4:22-24).
Vivir la vida cristiana, según Efesios, implica no sólo una transformación individual, sino también comunitaria. Estamos llamados a edificar el cuerpo de Cristo, fomentando la unidad y la madurez entre los creyentes hasta que alcanzar “la medida de la estatura de la plenitud Cristo” (Efesios 4:12-13). También estamos llamados a dar testimonio del amor y la verdad de Cristo en el mundo, brillando como luces en medio de las tinieblas (Efesios 5:8-9).
La Armadura de Dios: La Guerra Espiritual en Efesios
En el último capítulo, Pablo utiliza la imagen del atuendo de un soldado romano para ofrecer una vívida descripción de la armadura de Dios (Efesios 6:10-20). Esta armadura se compone del cinturón de la verdad, la coraza de justicia, el apresto del Evangelio de la paz como calzado para nuestros pies, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la Espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Todo esto, orando en todo momento en el Espíritu. Esta es la armadura que los creyentes deben ponerse para resistir las artimañas del diablo. Con estos recursos espirituales estaremos equipados para resistir al diablo y mantenernos firmes en nuestra fe.
Con esta imagen de la guerra espiritual, Pablo subraya la realidad de las fuerzas espirituales con las que luchamos y la necesidad de la protección y fortaleza divinas.
El concepto de guerra espiritual en Efesios nos recuerda que la vida cristiana no está exenta de desafíos. Sin embargo, nos asegura que en Cristo tenemos todo lo que necesitamos para superarlos.
Pablo finaliza Efesios con bendiciones para los destinatarios. Menciona a Tíquico, que parece ser el portador de la epístola y quien además debía informar a los destinatarios acerca de otras cosas relacionadas con el bienestar de Pablo.
En conclusión, la Epístola a los Efesios ofrece profundas revelaciones sobre las implicaciones universales de la obra de Cristo, la unidad de los creyentes en la Iglesia, la salvación por gracia, la vida cristiana y la guerra espiritual. Como ha dicho un autor, “Efesios celebra la gracia de Dios que salva y nos une en la Iglesia con los que fueron nuestros enemigos” (Wittmer, Michael. The 5 Minute Visual Guide to the Bible Barbour 2021, p.284)
Efesios nos conduce a profundizar en el misterio de Cristo y a vivir a la luz de su obra reconciliadora.