Composición e inspiración de la Biblia

De principio a fin la Biblia afirma ser La Palabra de Dios para la humanidad. Dicho de otro modo, se trata de Dios comunicándose y dándose a conocer al ser humano.

El Dios que encontramos en las páginas de la Biblia no es uno de los muchos “dioses” que hallamos a través de la historia en las religiones como la del antiguo Egipto, Babilonia, Grecia o India. El Dios que presenta la Biblia afirma ser el creador de todo lo que existe, ya sea en la tierra, todo el universo y el mundo espiritual que no vemos.

Para escribir la Biblia Dios usó unos 40 hombres a lo largo de unos 1500 años. Alguno de ellos escribió mientras viajaba por el desierto, otros en la tierra de Israel, otros exiliados en Babilonia, otros desde Roma u otras ciudades del imperio Romano o, como en el caso del Apocalipsis, el último libro de la Biblia, desde el destierro en una pequeña isla llamada Patmos cerca de la costa de lo que hoy es Turquía. Entre los autores humanos de la Biblia encontramos a Moisés un israelita con la mejor educación que se podía obtener en Egipto, Pedro y Juan que eran pescadores, Amós que fue un agricultor, Lucas que era médico, Pablo, un fariseo educado en la ley judía y otros de variados trasfondos.

Desde una perspectiva humana parece imposible que una obra compuesta por 66 libros, escrita a través de 15 siglos, por tantos autores de distintos trasfondos sociales y educativos y desde lugares tan diversos nos presente una sola historia totalmente coherente de principio a fin.

En Génesis, el primer libro de la Biblia, vemos una historia que comienza a desarrrollarse con la creación de los cielos y la tierra. Continúa con el relato de la creación de la vida sobre la tierra y se presta particular atención a los primeros humanos Adán y Eva, hechos a imagen y semejanza de Dios. A estos Dios les da autoridad para gobernar la tierra como su representante. La desobediencia de Adán y Eva trae consecuencias catastróficas no sólo para ellos, sino también para su descendencia hasta nuestros días e incluso para la tierra entera y toda la creación. Sin embargo, Dios no abandonó a la humanidad ni al resto de su creación, sino que anunció un plan para rescatarlos. Para esto hace una gran promesa. Un día de la descendencia de la mujer vendrá al mundo un redentor que destruirá a la serpiente que los indujo a desobedecer y así pecar contra Dios (Génesis 3:15). El Antiguo Testamento anuncia ese plan, presenta las promesas de Dios relacionadas con éste y nos deja ver cómo Dios fue preparando el camino para su cumplimiento. Ese cumplimiento lo encontramos en el Nuevo Testamento con la llegada de Jesús el redentor prometido. Finalmente en Apocalipsis, el último libro de la Biblia, encontramos la culminación de la historia con el triunfo final de Cristo que destruye a Satanás, la serpiente antigua que indujo a Adán y Eva a rebelarse contra Dios. De este modo Dios rescata la creación y  finalmente reina sobre unos cielos nuevos y una nueva tierra. En estos nuevos cielos y nueva tierra “mora la justicia” y el pecado y la muerte ya no existirán.

Los Libros de la Biblia

Nuestra Biblia se compone de dos partes: el Antiguo Testamento, escrito a través de un periodo de unos 1,000 años tiene 39 libros. El Nuevo Testamento, compuesto durante el primer siglo de nuestra era tiene 27.

Los libros del Antiguo Testamento se dividen en 4 grupos:

  • Los cinco libros de la Ley – a esta división se le conoce también como pentateuco, palabra que proviene del griego y que significa cinco libros. Estos libros, escritos por Moisés, son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
  • Doce Libros Históricos  – Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Ester, narran la historia de los israelitas desde el momento en que entraron en la Tierra Prometida bajo el liderazgo de Josué hasta el periodo del exilio en Babilonia.
  • Cinco libros Poéticos – Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares
  • 17 libros Proféticos divididos en:
    • Cinco profetas mayores – Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel
    • Doce profetas menores – Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarias y Malaquías.

Antiguo Testamento

Pentateuco – 5 librosLibros Históricos – 12
Libros poéticos – 5Libros proféticos – 17
(5 profetas mayores y 12 profetas menores)
División de los libros del Antiguo Testamento

La división entre profetas mayores y menores no se refiere a su importancia o grado de inspiración sino meramente a que los libros de los profetas mayores son más extensos.

  • Si se pregunta por qué Daniel con doce capítulos se coloca entre los profetas mayores mientras que Oseas y Zacarías que tienen 14 capítulos cada uno se clasifican como profetas menores la respuesta es que, aunque tienen más capítulos son en realidad más cortos. Según un conteo utilizando el hebreo original Daniel tiene 9001 palabras mientras que Zacarías tiene 4855 y Oseas 3615 [1].

Este orden de los libros del Antiguo Testamento en nuestras Biblias es el que se les dio en la traducción al griego conocida como la Septuaginta que fue luego adoptado por la Vulgata, una traducción al latín hecha alrededor del año 400 d.C.

El contenido de nuestro Antiguo Testamento y el de la Biblia hebrea utilizada por el  pueblo de Israel es el mismo. Sin embargo, ellos agrupaban los libros de una forma distinta.

Los israelitas dividían las escrituras en tres secciones.

  1. La Torá compuesta por los cinco libros escritos por Moisés, conocidos también como pentateuco.
  2. Los Profetas: estos a su vez se dividían entre profetas anteriores y profetas posteriores. Entre los profetas anteriores encontramos varios libros que en nuestras Biblias se clasifican como históricos.
  3. Los escritos – Todos los otros libros

En total eran 22 libros. Esto es así porque en las escrituras hebreas Rut y Jueces forman un solo libro al igual que sucede con 1 y 2 Samuel 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas y Lamentaciones y Jeremías. Además, lo que en nuestras Biblias son los doce profetas menores en las escrituras hebreas se combinan formando un solo documento al que llamaron el libro de los doce[3] probablemente porque al ser relativamente cortos podían copiarse todos en un único rollo de papiro. Como ya hemos dicho, en la Biblia Hebrea se incluyen entre los profetas varios libros que en nuestras Biblias clasificamos como históricos. Una razón para esto la encontramos en un entendimiento distinto de lo que significa profecía. El pueblo de Israel entendió que Dios se revela tanto en los acontecimientos históricos como en las palabras escritas o pronunciadas por los profetas de Dios. Por tanto, no establecían una división tajante entre ambos tipos de escritos[10].

Parte del Texto griego de Apocalipsis 19 en el manuscrito Sinaítico (Siglo IV d.C).

Los 27 libros del Nuevo Testamento se dividen en:

  • Cuatro evangelios – Mateo, Marcos, Lucas y Juan
  • Un libro Histórico – Hechos
  • 21 cartas o epístolas
    • Trece de estas son paulinas, es decir escritas por el apóstol Pablo. Romanos, 1 y 2 Corintios. Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito y Filemón

Las cartas de Pablo son dirigidas primeramente a una iglesia o persona en particular. La Epístola a los Romanos se distingue de las otras cartas de Pablo ya que sus características la hacen parecer más un tratado teológico que una carta personal. De hecho, algunos estudiosos ven en la Epístola a los Romanos el primer tratado de Teología sistemática en la historia de la Iglesia[2]

  • Ocho se conocen como epístolas generales porque son dirigidas a un grupo más amplio de iglesias o a la iglesia en general. Estas, con la posible excepción de Hebreos, no fueron escritas por Pablo.
  • Un libro profético – El Apocalipsis o Revelación.

Capítulos y Versículos de la Biblia

Nuestra Biblia tiene 1189 capítulos y más de 31,100 versículos. Las divisiones en capítulos y versículos no forman parte de los escritos originales de la Biblia, sino que fueron añadidas para facilitar encontrar un pasaje particular. Un problema es que a veces ocurren en lugares donde interrumpen el flujo del pensamiento. A pesar de esto son sumamente útiles para encontrar los diversos pasajes y narraciones contenidos en las Escrituras.

Las divisiones en capítulos las hizo el arzobispo de Canterbury Stephen Langton alrededor del 1227 D.C. y fueron usadas por primera vez en la Biblia inglesa Wycliffe de 1382. A partir de entonces la gran mayoría de las traducciones de la Biblia utilizaron estas mismas divisiones.

Las divisiones en versículos se deben a dos personas: un rabino judío llamado Natán dividió el Antiguo Testamento en 1448 D.C y Robert Estienne un estudioso e impresor francés hizo las divisiones del Nuevo Testamento. Estas divisiones se usaron por primera vez en un Nuevo Testamento en griego publicado por Estienne en 1551[4]. En 1555 Estienne también publicó una edición completa de la traducción de la Biblia al latín conocida como la Vulgata. esta fue la primera Biblia completa con las actuales divisiones de capítulos y versículos (Ver Zondervean Illustrated Bible Dictionary s.v Bible).

La primera Biblia completa impresa en español adoptó estas divisiones en capítulos y versículos. Esta fue la versión de Casiodoro de Reina publicada en 1569.

Los Idiomas de la Biblia

El hebreo era el idioma del pueblo de Israel y este fue el idioma principalmente usado por los escritores del Antiguo Testamento. Sin embargo, los libros de Daniel y Ester tienen ciertas partes en arameo. El arameo era el idioma del imperio babilónico a donde los judíos fueron llevados al exilio como castigo por haber violado el pacto que Dios les había dado. Al regresar del exilio el arameo se convirtió en el principal idioma hablado del pueblo judío.

El Nuevo Testamento fue escrito en una forma del idioma griego conocida como Koiné (común). Esta era una adaptación del antiguo griego clásico que se convirtió en el idioma de uso diario para la mayoría de los nativos de Grecia. Más aún luego de las conquistas de Alejandro Magno, las cuales impulsaron la expansión de la cultura y la lengua griega a través de numerosos países el griego koiné desplazó al arameo como el idioma del comercio y las relaciones entre naciones de la región del Mar Mediterráneo. El griego koiné fue también el que se utilizó en la primera traducción del Antiguo Testamento al griego conocida como la Septuaginta.

¿Por qué hablamos de la Biblia como el Antiguo y el Nuevo Testamento?

En el habla común la palabra testamento significa un documento por medio del cual una persona reparte sus bienes a quienes tras su muerte habrán de ser sus herederos. En nuestras Biblias “testamento” se usa como traducción de la palabra griega diatheke que a su vez se usa para traducir la palabra hebrea berit que significa pacto, acuerdo o tratado. De estos tñerminos pacto es el que mejor recoge lo que los autores bíblicos quieren decir.  El concepto de pacto en la Biblia es complejo y rico en significado, pero una definición que nos ayudará a entender de que se trata es la siguiente:

un pacto bíblico es una declaración clara de los propósitos e intenciones de Dios, expresados en términos que obligan a Dios, mediante un juramento solemne, a cumplir lo que ha prometido[5].

En el libro de Éxodo encontramos que Dios luego de liberar a Israel de Egipto bajo la dirección de Moisés hizo un pacto con ellos en el Monte Sinaí, les dio leyes y los hizo Su pueblo. El antiguo Testamento contiene los escritos relacionados con este pacto[6].

Más adelante, el profeta Jeremías anuncia el futuro establecimiento de un nuevo pacto mediante el cual escribiría su ley en sus corazones y perdonaría su pecado (Jeremías 31:31-34). E l profeta Ezequiel también habló de esto y señaló que esto sería posible debido a que el Espíritu Santo moraría dentro de ellos. Esto sería uno de los más importantes aspectos de ese nuevo pacto ya que: en los tiempos del Antiguo Pacto el Espíritu Santo no moraba universalmente en todos los creyentes [7].

La Inspiración de la Biblia

Una diferencia fundamental entre la Biblia y el resto de los libros es la inspiración divina. Cuando hablamos acerca de la inspiración bajo la cual escribieron los autores humanos de la Biblia nos estamos refiriendo a algo muy distinto a la inspiración que puede reclamar el autor de una obra literaria, músico o un pintor. No se trata de un súbito despertar de una energía creativa o una idea novel. Existen dos pasajes de la Biblia nos dejan claro qué es lo que significa la inspiración de las Escrituras.

En primer lugar, en el capítulo 3 de la epístola a Timoteo el apóstol Pablo le recuerda al joven pastor Timoteo que las Escrituras (refiriéndose a la Biblia hebrea, nuestro Antiguo Testamento) en las que fue instruido desde la niñez lo pueden hacer sabio para alcanzar la salvación. A continuación, le dice:

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. (2 Timoteo 3:16-17 RVR60)

La palabra griega empleada por Pablo y que en nuestras Biblias se traduce como inspirada es theopneustos que literalmente significa respirada por Dios o que procede del aliento de Dios. Que la Biblia sea inspirada significa que no meramente en ella se encuentra la Palabra de Dios, sino que es la Palabra de Dios y procede de lo más íntimo de Dios

No contiene simplemente la Palabra de Dios ni se convierte en la Palabra de Dios si se dan ciertas condiciones. Es la Palabra de Dios, la expresión de su persona (corazón, mente, voluntad, etc.). Este era el punto de vista acerca de la Biblia hebrea que los judíos del primer siglo sostenían comúnmente [8].

En su segunda carta el apóstol Pedro habla también acerca de la intervención de Dios en el proceso de escribir la Biblia:

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:19-21 RVR60).

La palabra que se traduce inspirados en este pasaje es distinta a la utilizada en la cita anterior de Pablo. Pedro usa la palabra pheromenoi que significa “llevados”. Es la misma palabra que se usa en Hechos 27:15 para describir un barco llevado por un fuerte viento y en Lucas 5:18 para describir cómo unos hombres llevaron ante Jesús a un paralítico cargándolo en su camilla.

De modo que, al escribir, los autores humanos de la Biblia no estaban dándonos su opinión, sino que:

Hablaron como portavoces de Dios, articulando sus pensamientos con palabras que representaban con precisión esos pensamientos. El Espíritu Santo “movió” a los profetas a hacerlo como el viento mueve un velero[9].

De modo que la inspiración pertenece a Dios no al profeta. Los autores humanos de la escritura no todo el tiempo estaban hablando en nombre de Dios, sino que en unos momentos particulares Dios los utilizó para recibir un mensaje el cual debían transmitir  usando sus capacidades y formas particulares de expresión.

Que una persona sea profeta o que Dios la utilice en algún momento para dar una palabra profética no significa que todo lo que esa persona diga en todo tiempo es verdadero o proviene de Dios (Ver el caso de Natán y David 2 Samuel 7:1-3). En otras palabras, no todo el tiempo estaba hablando en nombre de Dios. Pero cuando recibía un mensaje de parte de Dios tenía que decirlo tal como Dios se lo reveló.


[1] https://overviewbible.com/word-counts-books-of-bible/

[2] Arnold G. Fruchtenbaum. Israelology: The Missing Link in Systematic Theology (Kindle Locations 277-278). Ariel Ministries

[3] Merrill, Eugene H.; Rooker, Mark; Grisanti, Michael A.. The World and the Word (pp. 189-190). B&H Publishing Group. Kindle Edition

[4] https://www.britannica.com/biography/Robert-I-Estienne

[5] Richards, Lawrence O.. New International Encyclopedia of Bible Words (Zondervan’s Understand the Bible Reference Series) (p. 194). Zondervan Academic. Kindle Edition.

[6] https://www.gotquestions.org/what-does-testament-mean.html

[7] Comentario sobre Jeremías 31:31-37 en John F. Walvoord; Roy B. Zuck The Bible Knowledge Commentary Cook Communications Ministries.

[8] Comentario a 1 Timoteo 3:16-17 en The Expository Notes of Dr. Constable (Dr. Constable’s Bible Study Notes). 2012 Dr. Thomas L. Constable.

[9] Comentario a 2 Pedro 1:21 en The Expository Notes of Dr. Constable (Dr. Constable’s Bible Study Notes). 2012 Dr. Thomas L. Constable.

10 Ver: Vang, Preben; Carter, Terry G. Telling God’s Story (p. 13). B&H Publishing Group. Kindle Edition. La primera edición de este libro ha sido traducida al español como Vang, Preben; Carter, Terry G. El Relato Divino. B&H Publishing Group.


Composición e inspiración de la Biblia

Rafael Valle Rivera

Rafael Valle Rivera es graduado de la Universidad de Puerto Rico, el Seminario Teológico Defensores de la Fe y el Seminario Evangélico de Puerto Rico. Ha dictado diversos cursos, entre ellos dispensaciones, teologìa y profecía en el Instituto Bíblico el Tabor, Es miembro de la Iglesia Evangélica Salvados por Fe afiliada al Movimiento Evangélico El Tabor.

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