Con frecuencia se habla del Evangelio según Mateo como el “Evangelio judío”. Esto se debe a que está dirigido principalmente a un público de judíos y cristianos judíos. Mateo demuestra a su audiencia judía que Jesús es el Mesías tan esperado y ampliamente profetizado en las Escrituras. En su vida y enseñanzas encontramos la continuación y el cumplimiento del plan de Dios para Israel. Por ello, Mateo cita extensamente el Antiguo Testamento y destaca las profecías mesiánicas allí contenidas mostrando cómo estas se cumplen en Jesús.
Autor y fecha
Mateo, también conocido como Leví, era un recaudador de impuestos (publicano) a quien Jesús llamó para que fuera uno de Sus doce discípulos. Mateo escribió este Evangelio probablemente a finales de los años 60 en Antioquía de Siria, aunque algunos eruditos bíblicos lo fechan algo más tarde (Douglas, J. D.; Merrill C. Tenney. Diccionario Bíblico Ilustrado Zondervan, Zondervan 2011 s.v. Mateo, Evangelio de).
Organización del Evangelio de Mateo
El Evangelio de Mateo está organizado temáticamente, y cada sección se enfoca en enseñanzas y acontecimientos específicos de la vida de Jesús. Podemos dividir el Evangelio en cinco secciones principales, que a menudo se conocen como los “Cinco discursos de Jesús”. Estos discursos son el Sermón del Monte (capítulos 5-7), el Discurso Misionero (capítulo 10), las Parábolas del Reino (capítulo 13), la Lección sobre el perdón (capítulo 18) y el Discurso Escatológico o del Monte de los Olivos (capítulos 24-25). Con esta estructura, Mateo presenta las enseñanzas y acciones de Jesús de forma clara y ordenada, proporcionando a los lectores una comprensión amplia de su ministerio.
Alrededor del 60 por ciento de este Evangelio se dedica a las enseñanzas de Jesús. No obstante Mateo, también presenta a Jesús como hacedor de milagros. Así, presenta más de 20 milagros realizados por Jesús.
Temas principales de Mateo
Hemos visto ya que uno de los temas teológicos clave del Evangelio de Mateo es el cumplimiento en Jesucristo de las profecías del Antiguo Testamento. Mateo entreteje hábilmente narraciones y referencias del Antiguo Testamento para demostrar cómo Jesús cumple las promesas acerca del Mesías. Desde el nacimiento de una virgen, que cumple la profecía de Isaías 7:14, y el nacimiento en Belén, que cumple la profecía de Miqueas 5:2, hasta la crucifixión y la resurrección, Mateo presenta a Jesús como el Mesías largamente esperado, solidificando su reclamo de ser el Salvador del mundo.
Otro tema teológico del Evangelio de Mateo es el establecimiento del Reino de Dios en la tierra. Mateo hace hincapié en las enseñanzas de Jesús sobre el Reino y ofrece una visión de lo que significa formar parte del Reino de Dios. A través de parábolas tales como la Parábola de la Semilla de Mostaza (13:31-32) y la Parábola del Trigo y la Cizaña (13:25-26), Mateo transmite la importancia del arrepentimiento, la fe y el discipulado para llegar a ser ciudadanos del Reino.
El discipulado es un tema clave en el Evangelio de Mateo. Jesús enseña a sus seguidores lo que significa ser discípulo. Les reta a tomar su cruz y seguirle, advirtiéndoles que se tendrán que enfrentar a oposición y persecución.
Comparación con Marcos y Lucas
Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas se conocen como los evangelios sinópticos. Tienen muchas semejanzas en cuanto a contenido y estructura. Sin embargo, existen algunas particularidades que los distinguen. En Mateo se destaca la figura de Jesús como el Mesías y el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento. aunque Marcos y Lucas presentan enseñanzas y milagros de Jesús, el relato de Mateo acerca de las enseñanzas de Jesús es más exhaustivo, lo que lo convierte en una valiosa fuente de enseñanzas morales y éticas.
Por otra parte, el Evangelio de Mateo incluye historias y parábolas únicas que no se encuentran en los otros Evangelios Sinópticos. Por ejemplo, la Parábola de las Diez Vírgenes (25:1-13) y la enseñanza sobre el juicio de los gentiles al final del período de siete años de Tribulación que se encuentra en la enseñanza sobre las Ovejas y los Cabritos (25:31-46) son distintivas del Evangelio de Mateo. También son exclusivas de Mateo la Parábola del Sembrador (13:1-9), la Parábola de los Talentos (25:14-30) y la Parábola de los Constructores Sabios y los Insensatos (7:24-27).
El Sermón del Monte, que se encuentra en los capítulos 5-7 de Mateo, es una de las secciones más conocidas del Evangelio. En él, Jesús aborda temas importantes tales como el amor, el perdón, la oración y el Reino de Dios, ofreciendo una guía práctica a sus seguidores.
Mateo también se distingue por anticipar la creación de la Iglesia de Cristo. Es de hecho el único donde aparece la palabra ekklesia (iglesia) (Mateo 16:18; 18:18). Además el capítulo 18 recoge unas instrucciones de Jesús en las que anticipa la aparición de conflictos dentro de la Iglesia y da instrucciones acerca de cómo manejarlos.
Características Distintivas del retrato que hace Mateo de Jesús
El Mesías tenía que ser descendiente tanto de Abraham como del rey David. Así que Mateo presenta cuidadosamente la genealogía de Jesús, destacando su descendencia de ambos, validando sus credenciales como el Salvador prometido.
La importancia que Mateo concede a las enseñanzas de Jesús, que se aprecia en su exhaustivo relato del Sermón de la Montaña y otras lecciones importantes, hace de este Evangelio una valiosa fuente de enseñanzas morales y éticas, que guían a los creyentes en su vida cotidiana y en su relación con Dios.
Con sus frecuentes referencias al Antiguo Testamento y al cumplimiento de las profecías mesiánicas en Jesús, Mateo demuestra cómo la vida, la muerte y la resurrección de Jesús concuerdan con los escritos proféticos. Con este énfasis en las referencias del Antiguo Testamento se refuerza la credibilidad de las afirmaciones de Jesús y no se deja lugar a dudas acerca de las credenciales de Jesús como el Mesías y Rey tan esperado.
El uso que hace Mateo de las citas y alusiones del Antiguo Testamento no sólo pone de relieve la identidad de Jesús como Mesías, sino que también proporciona una comprensión más profunda del significado teológico de su ministerio. Al conectar las acciones y enseñanzas de Jesús con el Antiguo Testamento, Mateo muestra la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Pacto, afirmando la fidelidad de las promesas de Dios a lo largo de la historia. Además, el fuerte énfasis de Mateo respecto a las tradiciones y costumbres judías, sirve para resaltar tanto a sus lectores judíos como a nosotros la continuidad entre el Antiguo Testamento y la llegada de Jesús como Mesías. El retrato que hace Mateo de Jesús como el cumplimiento de las profecías judías, así como Su observancia de las costumbres judías, demuestran la importancia de la legado judío para comprender la identidad y la misión de Jesús.
El Evangelio de Mateo aborda, además, preocupaciones y desafíos judíos específicos, entre los que destaca la relación entre las enseñanzas de Jesús y la Ley de Moisés. Mateo muestra cómo las enseñanzas de Jesús no abolieron la Ley, sino que cumplieron su propósito, ofreciendo un marco para que los creyentes comprendan la relación entre el Antiguo y el Nuevo Pacto.
Resumen del Evangelio Según Mateo
Mateo comienza con una genealogía de Jesús, luego pasa a detallar el nacimiento de Jesús, su bautismo y su tentación en el desierto. Estos acontecimientos preparan el escenario para el ministerio de Jesús, que es el tema central del resto del Evangelio.
El Nacimiento de Jesús – Capítulo 1-2
La genealogía de Jesús que abre el Evangelio de Mateo remonta su linaje hasta Abraham. De esta forma se establece a Jesús como descendiente de los patriarcas hebreos a quienes Dios había hecho extraordinarias promesas. Mateo además muestra que Jesús es descendiente del rey David a quien Dios prometió un reino eterno (2 Samuel 7). De este modo, Mateo presenta las credenciales de Jesús como el Mesías tanto tiempo esperado. La genealogía de Jesús también incluye referencias inusuales a cuatro mujeres del Antiguo Testamento -Tamar, Rahab, Rut y Betsabé- que prefiguran la aceptación de Jesús de los marginados.
A continuación, la narración se traslada a María y José. María concibe a Jesús por obra del Espíritu Santo mientras está comprometida con José. José considera divorciarse de ella en secreto hasta que un ángel le confirma en sueños que María es virgen y que su hijo fue concebido por obra del Espíritu Santo. Esto confirma lo dicho en Isaías 7:14 donde se habla de una virgen que dará a luz a un niño que se llamará Emmanuel (que significa Dios con nosotros). El nacimiento de Jesús tuvo lugar en Belén, la ciudad del rey David (1 Samuel 16), cumpliendo así la profecía del profeta Miqueas sobre un Gobernante que nacería en Belén, pero cuyos “orígenes se remontan a tiempos antiguos, desde los días de la eternidad” (Miqueas 5:2).
Unos magos (o sabios) de oriente traen regalos reconociendo al profetizado “Rey de los judíos”. El rey Herodes intenta engañarlos para que revelen el lugar del nacimiento de Jesús, pero en un sueño se les advierte que no regresen donde Herodes. Ante esto, Herodes responde masacrando a todos los niños menores de dos años de Belén, intentando eliminar a quien percibe como una amenaza para su reinado. Pero un ángel advierte a José que huya con María y Jesús a Egipto hasta que la muerte de Herodes haga seguro el regreso. Cuando Herodes muere vuelven y se establecen en Nazaret de Galilea.
Bautismo de Jesús – Capítulo 3
El capítulo 3 presenta a Juan el Bautista, un profeta asceta que llama a la gente a arrepentirse y ser perdonada en espera de la llegada del Mesías. Muchos acuden a él confesando sus pecados y son bautizados en el río Jordán. Jesús, viene de Galilea para ser bautizado pero Juan se siente indigno de bautizar a Jesús. Juan le dice a Jesús “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”. Jesús insiste en que es necesario “para cumplir toda justicia”. Cuando Jesús salió del agua, el Espíritu Santo descendió sobre él como una paloma y Dios Padre habló audiblemente afirmando a Jesús como su Hijo amado. Con su bautismo, Jesús inicia su ministerio público.
Tentación de Jesús – Capítulo 4
En el capítulo 4, Jesús es conducido por el Espíritu al desierto de Judea, donde ayuna durante 40 días. El diablo tentó entonces a Jesús tres veces. Primero para que probara su identidad como Hijo de Dios convirtiendo las piedras en pan, segundo poniendo a prueba la protección de Dios saltando del templo, y tercero adorando a Satanás a cambio de todos los reinos del mundo. Jesús reprendió cada tentación citando las Escrituras. Entonces los ángeles vienen a servirle. Después de esto Jesús comienza a predicar que el reino de los cielos está cerca. Se traslada a Galilea y elige a sus primeros discípulos: los pescadores Pedro, Andrés, Santiago y Juan. Se difunden historias de sus enseñanzas y curaciones por toda Siria que demuestran su poder de autoridad divina.
El Sermón del Monte – Capítulos 5-7
Los capítulos 5-7 contienen el registro de Mateo del sermón más famoso de Jesús, pronunciado probablemente en la ladera de una montaña de Galilea. Este sermón iba dirigido a sus seguidores y en él esboza el carácter y la conducta que se espera de sus súbditos (Comentario bíblico para creyentes de William Mcdonald)
Jesús abre el Sermón de la Montaña con lo que se conoce como las bienaventuranzas. Declara bienaventurados (en griego makarios – feliz o afortunado) a quienes exhiben virtudes como la humildad, la misericordia, la rectitud, la pacificación, que son opuestas a las que valora la sociedad terrenal. Estas personas recibirán consuelo, misericordia, llenura y herencia en el reino venidero de Dios. También habla de cómo los creyentes deben influir en el mundo caído reflejando la luz moral de Dios.
Jesús afirma que no ha venido a abolir sino a cumplir la esencia ética de la ley de Moisés y los profetas, interiorizando sus principios como cuestiones del corazón y de actitud y no sólo de acción externa. Ofrece seis sorprendentes casos prácticos, que van desde la ira hasta el adulterio, pasando por el amor a los enemigos, en los que su norma supera la obediencia exterior.
En cuanto a las prácticas religiosas como la limosna, la oración y el ayuno, Jesús condena las muestras públicas de piedad como hipocresía con el fin de ser vistos por los demás, recomendando en su lugar la devoción sencilla, honesta y humilde para agradar sólo a Dios. Jesús advierte contra juzgar a los demás hipócritamente mientras se ignoran los propios defectos y pecados. Insta a sus seguidores a discernir correctamente y a reconocer la hipocresía de quienes se apresuran a criticar a los demás mientras ellos mismos son moralmente defectuosos. Los que juzgan las acciones de los demás deberían estar seguros primero de su propia conducta moral (quitarnos la viga del ojo propio antes de intentar quitar la paja del ojo de mi hermano).
Jesús condensa la ley y los profetas en lo que se ha llamado la Regla de Oro: “haz a los demás como quieras que te hagan a ti”. Al reino sólo se entra por la puerta estrecha del amor sacrificado y la justicia que supera a la de las hipócritas élites religiosas.
Jesús también advierte sobre los hacedores de milagros y los profetas cuya vida inescrupulosa los expone como falsos sin importar lo espectaculares que parezcan sus actos. Cristo conoce y elige sólo a los que dan frutos de justicia.
No todos los que escuchan las palabras de Jesús las ponen en práctica. Sólo la obediencia activa establece una base sólida capaz de resistir las inevitables tormentas de la vida. Jesús comparó a los que se limitan a escuchar sin seguir su palabra con el que construye una casa sobre arena haciéndola vulnerable a un derrumbe catastrófico. Por el contrario los que oyen las palabras de Jesús y las siguen son como el que construyó su casa sobre una roca, haciéndola capaz de resistir tormentas y vientos.
Milagros y Enseñanzas de Jesús Capítulos 8-9
Después del Sermón del Monte, el Evangelio de Mateo se enfoca en el ministerio inicial de Jesús, el cual incluye milagros y enseñanzas que demuestran su autoridad y poder. Jesús cura a los enfermos, expulsa a los demonios y realiza otros milagros que muestran su naturaleza divina.
Las enseñanzas de Jesús durante este periodo hacen hincapié en la importancia de la fe, el arrepentimiento y el discipulado. También advierte contra la hipocresía y las falsas enseñanzas, desafiando a sus oyentes a vivir una vida marcada por la fe genuina y la obediencia a Dios.
Jesús también advierte a sus seguidores que se enfrentarán a persecución y oposición. Les dice que sean prudentes como serpientes e inocentes como palomas, y les anima a confiar en la provisión y protección de Dios.
A medida que el ministerio de Jesús avanza, aumenta la oposición de las autoridades religiosas. A pesar de ello, Jesús sigue enseñando y realizando milagros, demostrando su poder y autoridad. Asimismo, advierte a sus seguidores sobre los peligros de las falsas enseñanzas y les anima a permanecer fieles a Dios.
Entre la gran cantidad de milagros de Jesús narrados en los capítulos 8 y 9 vemos la sanación de un leproso, un siervo de un centurión, la suegra de Pedro, a dos endemoniados, a un paralítico y a una mujer que había padecido durante 12 años un flujo de sangre. Devolvió la vida a la hija de un oficial. También calmó una tormenta y expulsó demonios, demostrando su autoridad. Jesús también llama a Mateo, que era publicano (recaudador de impuestos para el gobierno romano), para que sea su discípulo, interactúa con los líderes religiosos sobre el legalismo y enseña más a fondo sobre temas como el costo de seguirle.
Jesús Llama e Instruye a sus Doce Discípulos
En el capítulo 10, Jesús llama a sus doce discípulos y les da autoridad para expulsar a los espíritus inmundos y sanar enfermedades. Envía a los doce y les ordena que prediquen que el reino de los cielos está cercano. Jesús advierte a los discípulos acerca de la persecución a la que se enfrentarán, pero también les dice que no tengan miedo porque Dios cuidará de ellos.
Jesús les dice a sus discípulos que “El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí”. Insta a los discípulos a no tener miedo de los que pueden matar el cuerpo pero no el alma. Les recuerda que Dios conoce hasta el número de cabellos de su cabeza, lo que demuestra su amoroso cuidado.
El capítulo termina con Jesús explicando que su mensaje causará división entre las familias y los miembros del hogar, ya que algunos lo aceptarán como el Mesías mientras que otros rechazarán sus afirmaciones. Concluye diciendo: “El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”.
Creciente Oposición a Jesús – Capítulos 11-12
En el capítulo 11, Juan el Bautista, encarcelado por Herodes, envía a varios de sus discípulos para que le pregunten a Jesús si es realmente el Mesías. Jesús responde destacando su ministerio milagroso acorde con las profecías sobre el Mesías y elogiando el papel de Juan como el mensajero profetizado que prepararía el camino para Su venida. De este modo Jesús confirma de forma implícita su propia identidad mesiánica. Luego Jesús denuncia a Corazín, Betsaida y Capernaúm tres ciudades que fueron testigo de grandes milagros de Jesús pero no se arrepintieron de su maldad.
Jesús invita a todos los que están cansados y agobiados, prometiendo descanso y un “yugo” más ligero en comparación con las pesadas cargas impuestas por los líderes religiosos.
A continuación, Jesús alaba a Dios por revelarse a las personas humildes y lamenta la ceguera espiritual de los dirigentes de Israel que le rechazan.
En Mateo 12, el creciente conflicto entre Jesús y los escribas y fariseos alcanza su momento culminante. Jesús y sus discípulos caminaban a través de los sembrados durante el sábado. Los discípulos sintieron hambre y comenzaron a recoger espigas para comer. Los fariseos les acusaron de hacer lo que no estaba permitido en sábado. Jesús reprendió a los fariseos y cita ejemplos de las Escrituras que muestran la prioridad de la misericordia sobre las estrictas normas del sábado. Luego, en la sinagoga, Jesús sana a un hombre que tenía una mano seca, lo que molesta a los fariseos que buscaban un motivo para acusar a Jesús.
Luego le llevaron a Jesús un hombre poseído por el demonio ciego y mudo, y lo curó liberándolo del demonio. La multitud quedó asombrada, pero los fariseos acusaron a Jesús de expulsar a los demonios por el príncipe de los demonios. Pero Jesús argumenta que Satanás estaría destruyendo su propio reino si expulsara demonios. Jesús les advierte entonces que la blasfemia contra el Espíritu Santo es el único pecado que no tendrá perdón.
Más tarde, algunos fariseos y maestros de la ley le piden a Jesús que les muestre una señal. Él responde que una generación malvada busca una señal, pero la única señal será la del profeta Jonás, es decir, su futura muerte y resurrección al cabo de tres días. Jesús también lanza una advertencia. Esa mala generación sufrirá el mismo destino que el de una persona de la que ha salido un espíritu impuro pero que después regresa con otros siete espíritus aún peores.
El capítulo termina cuando su madre y sus hermanos vienen a hablar con Jesús, pero él dice que su verdadera familia son los que hacen la voluntad de Dios.
Parábolas del Reino – Mateo 13
Este capítulo comienza con una serie de parábolas sobre el Reino. Jesús explica a sus discípulos que el propósito de las parábolas es revelar los misterios del Reino a sus discípulos y ocultarlos a los indiferentes u hostiles.
Las parábolas de este capítulo incluyen la Parábola del Sembrador que presenta las diversas respuestas al Evangelio, la Parábola del Trigo y la Cizaña que representa la presencia tanto del bien como del mal hasta el juicio final, la Parábola de la Semilla de Mostaza y la Parábola de la Levadura que ilustra el crecimiento del Reino a partir de comienzos aparentemente insignificantes. Jesús también explica que el Reino es como un tesoro escondido en un campo, una perla de gran valor y una red que atrapa toda clase de peces tanto buenos como malos hasta el juicio final, cuando los malvados y los justos serán separados.
Mateo 14-20 – Ministerio de Jesús en Galilea y Judea.
El capítulo 14 comienza con la decapitación de Juan el Bautista por Herodes Antipas. Cuando Jesús se enteró, se retiró a un lugar desolado, pero las multitudes le siguieron. Sanó a muchas personas y con tan sólo cinco panes y dos peces alimentó a una multitud de 5.000 hombres además de las mujeres y los niños. Después de despedir a las multitudes, Jesús subió a una montaña a orar. Mientras tanto, los discípulos estaban en una barca lejos de tierra, azotados por las olas. En la cuarta vigilia de la noche (de 3 a 6 de la mañana), Jesús se acercó a ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos estaban aterrorizados, pensando que era un fantasma, pero Jesús los tranquilizó. Pedro le pide a Jesús caminar sobre las aguas y comienza a hacerlo pero su fe flaquea y comienza a hundirse. Jesús lo rescata. Los discípulos adoran a Jesús reconociéndolo como el Hijo de Dios.
El capítulo termina cuando llegan a Geneseret y Jesús sana allí a mucha gente.
En el capítulo 15, Jesús se enfrenta a los fariseos y escribas a causa de las tradiciones de éstos. También realiza milagros, entre ellos curar a la hija de una mujer cananea y alimentar a cuatro mil personas con siete panes y unos pocos peces pequeños.
En el capítulo 16, Jesús dice a sus discípulos que tengan cuidado con la levadura de los fariseos y saduceos. Con esto quiere decir las enseñanzas de ellos. Pedro confiesa a Jesús como el Cristo, y a partir de este momento Jesús comienza a instruir a sus discípulos sobre su próxima muerte y resurrección.
En el capítulo 17 Jesús se transfigura en presencia de Pedro, Santiago y Juan. Su rostro brilló como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Moisés y Elías aparecieron y una voz desde una nube confirmó a Jesús como el Hijo amado de Dios.
Jesús también cura a un niño endemoniado y vuelve a predecir Su muerte y resurrección.
El capítulo 18 comienza con los discípulos preguntando a Jesús quién es el mayor en el reino de los cielos. Jesús responde colocando a un niño en medio de ellos dándoles una lección. La grandeza en el reino de los cielos no se fundamenta en grandes logros o talentos, sino en una humildad semejante a la de un niño. También les enseña acerca de recibir a otros en Su nombre, y sobre el peligro de hacer que otros pequen. También comparte la parábola de la oveja perdida y enseña sobre la manera de tratar a un hermano pecador. El capítulo concluye con Jesús enseñando sobre el perdón por medio de la parábola del siervo que no perdonó.
En el capítulo 19 Jesús enseña sobre el matrimonio y el divorcio. Afirma que lo que Dios ha unido, el hombre no debe separarlo. También bendice a los niños e interactúa con un joven rico que le pregunta sobre la vida eterna. Jesús utiliza este encuentro para enseñar sobre la dificultad que tienen los ricos para entrar en el reino de los cielos.
El capítulo 20 comienza con la parábola de los obreros de la viña, ilustrando que las recompensas sólo las determina Dios. Luego Jesús predice su muerte y resurrección por tercera vez. Luego, la madre de Santiago y Juan vino a Jesús pidiéndole que en el Reino uno de sus hijos se sentara a la derecha de Jesús y el otro a la izquierda. Jesús le explica que es Su Padre quien determinará esos lugares. El capítulo concluye con Jesús sanando a dos ciegos cerca de Jericó.
Jesús Entra en Jerusalén y Afirma su Autoridad como Rey – Capítulos 21-23
El capítulo 21 comienza con la entrada de Jesús en Jerusalén. La multitud lo aclama exclamando las palabras del Salmo 118:26 “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” y toda la ciudad se conmueve. Luego limpia el templo de los mercaderes que se habían establecido allí con el permiso de los sacerdotes saduceos, y se enfrenta a los dirigentes religiosos. Pronuncia la parábola de los dos hijos y la parábola de los labradores. Jesús también predice la destrucción de Jerusalén y el final de los tiempos, advirtiendo a sus seguidores que estén vigilantes y preparados.
En el capítulo 22, Jesús continúa enseñando en parábolas con la parábola del banquete de bodas, que ilustra el rechazo de Israel hacia Él y enseña importantes verdades sobre la salvación por gracia. Los fariseos y los herodianos intentan atrapar a Jesús con una pregunta sobre el pago de impuestos al César, pero Él evita hábilmente su trampa. Los saduceos, que niegan la resurrección, le interrogan sobre el matrimonio en la resurrección, y Jesús corrige su falta de entendimiento de las Escrituras. Un fariseo experto en la Ley le pregunta a Jesús sobre el mayor mandamiento, y Jesús resume toda la ley en dos mandamientos: amar a Dios con todo el corazón, el alma y la mente, y al prójimo como a uno mismo.
En el capítulo 23, Jesús critica a los escribas y fariseos por su hipocresía y pronuncia una serie de “ayes” contra ellos. Se lamenta por Jerusalén, expresando su deseo de reunir a su pueblo tal como una gallina reúne a sus polluelos, pero ellos no estaban dispuestos. Debido a esto su Casa (es decir el Templo) quedará desolada y no volverán a ver a Jesús hasta que le digan “Bendito el que viene en nombre del Señor”.
Enseñanzas de Jesús acerca de los últimos tiempos Capítulos 24 – 25
En el capítulo 24, Jesús, en respuesta a las preguntas de sus discípulos, les da una profecía detallada sobre el final de los tiempos. Predice la destrucción del templo, advierte sobre los falsos mesías y los falsos profetas, y describe los signos de su venida y del fin de los tiempos.
El capítulo 25 contiene la Parábola de las Diez Vírgenes y la Parábola de los Talentos, que hacen hincapié en la necesidad de la diligencia y el servicio fiel. Termina con la enseñanza sobre las Ovejas y los Cabritos, que es una poderosa representación del juicio final en el que Jesús separará a los justos de los injustos.
Juicio, Muerte y Resurrección de Jesús Capítulos 26-28
Mateo 26 El capítulo comienza con el complot de los sumos sacerdotes y los ancianos contra Jesús. En Betania, Jesús es ungido por una mujer que sabemos que es María, la hermana de Lázaro y Marta, debido a la narración del mismo acontecimiento en el Evangelio según Juan (Juan 12:1-8). En marcado contraste con la devoción y el amor de María, Judas acepta traicionar a Jesús por treinta monedas de plata. Jesús celebra la cena pascual con sus discípulos, durante la cual instituye la Cena del Señor. Durante la cena Jesús dice a sus discípulos que uno de ellos le traicionará. También predice la negación de Pedro. Después de la cena, Jesús va a Getsemaní, donde ora, es arrestado y luego juzgado por el sumo sacerdote y los escribas y ancianos que componían el sumo consejo judío conocido como el sanedrín.
En el capítulo 27 Judas Iscariote lleno de remordimiento por su traición hacia Jesús devuelve el dinero y se ahorca.
Como los gobernantes romanos no permitían a los judíos imponer la pena de muerte, los sumos sacerdotes y los ancianos envían a Jesús ante Pilato, el gobernador romano. A pesar de no encontrar ninguna falta en Jesús, Pilato sucumbe a la presión de la multitud y de los líderes judíos y condena a Jesús a ser crucificado.
Luego los soldados romanos sometieron a Jesús a brutales azotes y burlas, además de ponerle una corona de espinas.
Seguramente porque Jesús estaba tan debilitado por los golpes y la pérdida de sangre que ya había sufrido, los soldados obligaron a un hombre llamado Simón proveniente de Cirene, una ciudad del norte de África, a llevar la cruz de Jesús hasta el Gólgota. Allí crucificaron a Jesús. Esta era la peor y más humillante forma de muerte reservada a los peores criminales. Mientras estaba en la cruz, Jesús pronunció varios dichos expresando perdón, desolación y, en última instancia, sumisión a la voluntad de Dios. La oscuridad envolvió la tierra durante tres horas, que culminaron con la muerte de Jesús y el rasgamiento del velo del templo, simbolizando la nueva alianza en la que a través de su sacrificio ganó para nosotros el libre acceso a Dios. Jesús fue sepultado en una tumba nueva proporcionada por un hombre rico de Arimatea llamado José. Los jefes de los sacerdotes y los fariseos pidieron a Pilato que asegurara la tumba. Entonces Pilato ordeno sellar la tumba y poner una guardia de soldados.
En el capítulo 28 tenemos la tumba vacía y el anuncio angélico de la Resurrección. Después del sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y otra María fueron a la tumba. Se produjo un gran terremoto y un ángel hizo rodar la piedra que cubría la tumba. Los guardias, por su parte, se estremecieron llenos de miedo. El ángel procedió a proclamar a las mujeres la buena noticia de la resurrección de Jesús y les ordenó que avisaran a los discípulos para que fueran a Galilea a verle.
Después de que las mujeres se marchan, Jesús se les aparece y le adoran.
Mientras tanto, los dirigentes judíos intentan encubrir la resurrección sobornando a los guardias para que mientan y afirmen que el cuerpo de Jesús fue robado.
Finalmente Jesús se reunió con los 11 discípulos en Galilea y les dio lo que se conoce como la Gran Comisión: les llamó a que fueran e hicieran discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.