Génesis

El Libro de Génesis establece importantes temas teológicos tales como la creación, la caída, los pactos, las promesas y la soberanía de Dios, que sientan las bases para el resto de la Biblia.

  • Creación – Génesis narra la creación del mundo y de la humanidad por parte de Dios (Génesis 1-2), estableciendo a Dios como Creador todopoderoso del cielo y de la Tierra.
  • Caída de la humanidad – Génesis 3 describe cómo Adán y Eva desobedecieron el mandato de Dios al comer del fruto prohibido, trayendo el pecado al mundo. El resultado fue una relación rota con Dios, dolor, trabajo duro y muerte. Este tema de la caída continúa a través de las historias de Caín matando a su hermano Abel, el diluvio y la Torre de Babel.
  • Pactos – Dios establece pactos con Noé, Abraham, Isaac, Jacob y sus descendientes. Estos pactos muestran la fidelidad de Dios y sientan las bases de la futura relación de Dios con Israel.
  • La descendencia prometida – Un tema importante es la promesa de Dios de dar a Abraham una descendencia innumerable y bendecir a todas las naciones a través de su descendencia. Esta promesa se cumple en Jesucristo.
  • Redención – Aunque Génesis describe la pecaminosidad de la humanidad, también apunta a la redención futura. Dios preserva la línea del redentor por Su gracia.
  • El pueblo elegido – Génesis traza los orígenes de los israelitas. A partir del capítulo 12, se enfoca en los patriarcas Abraham, Isaac, Jacob y José, que se convierten en los antepasados de las 12 tribus de Israel.
  • El libro de Génesis nos muestra la providencia de Dios en el establecimiento de Su pueblo elegido.
  • Antepasados de Israel – Génesis relata cómo Dios protegió a los antepasados del pueblo de Israel a través del cual vendría el Redentor prometido, llevándolos a Egipto donde eventualmente se multiplicaron hasta convertirse en una gran nación.
  • La soberanía de Dios – A pesar de los fallos humanos, Dios se muestra como el soberano que gobierna tanto la historia humana como la naturaleza, guiando los acontecimientos para que se cumplan Sus propósitos y Su plan perfecto.

Título – Muchos de los títulos de los libros de la Biblia en el idioma hebreo provienen de las palabras con las que comienzan. Este es el caso de Génesis. Bereshith, que significa en el principio es la primera palabra del texto hebreo y ese es precisamente el título por el cual se conocía entre los israelitas. El nombre Génesis fue el que se le dio a este libro en la primera traducción del Antiguo Testamento al griego, conocida como la Septuaginta. Génesis significa origen, comienzo o principio. La traducción al latín conocida como la Vulgata adoptó también este último título y de ahí pasó a nuestras traducciones modernas.

  • El título Génesis es apropiado ya que este libro narra numerosos comienzos, entre ellos estos:
  • El universo y nuestro mundo (1:1-25)
  • El ser humano (1:26-28)
  • La familia (4:1-15)
  • El matrimonio (2:22-24)
  • El pecado de la humanidad (3:1-7)
  • El gobierno humano (9:1-6)
  • El pueblo de Israel (del capítulo 12 en adelante)
  • La muerte (3:19)
  • El plan de Dios para rescatar la humanidad (3:15; 12:1-3)

Autor – Aunque el libro no identifica directamente a su autor la tradición judía así como el Antiguo y el Nuevo Testamento señalan a Moisés como su autor (ver por ejemplo Éxodo 17:14; 1 Reyes 2:3; Esdras 6:18; Marcos; 12:26; Juan 5:46-47; Romanos 10:5). Moisés tuvo la mejor educación de su época siendo hijo adoptivo de la hija de faraón (como se señala en Hechos 7:22) lo que le proveyó las destrezas necesarias para esta tarea. Además de la revelación directa de Dios, Moisés probablemente utilizó para la composición del libro antiguos registros que contenían las genealogías de los patriarcas.

Fecha –  Moisés probablemente escribió este libro durante el tiempo que tomó desde la salida de Egipto hasta la llegada al monte Sinaí o durante el periodo de casi un año que estuvieron acampados allí. La fecha más probable de estos acontecimientos es entre 1445 y 1444 AC.

Propósito del Libro

Uno de los propósitos de Moisés al escribir Génesis parece haber sido explicar al pueblo de Israel que salió de Egipto su lugar en los planes de Dios para la humanidad. La creación de Dios, originalmente buena, había llegado a corromperse por el pecado. Por eso Dios llamó y apartó a Abraham para que llegara a ser el padre del pueblo de Israel por medio del cual vendría el redentor de toda la humanidad.

Comprender los hechos clave del Génesis es fundamental para entender correctamente el resto de la Biblia: desde nuestra necesidad de un Salvador, la elección por parte de Dios de Abraham y, posteriormente, de la nación de Israel, la naturaleza del cielo y del infierno, y cómo termina todo, tal y como se describe en el libro del Apocalipsis[2].

Textos clave

(Génesis 1:1 RVR 1977) En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

(Génesis 1:31 LBLA) Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día.

(Génesis 3:15 Spanish LBLA) Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, y tú lo herirás en el calcañar.

Génesis 12:1-3 LBLA
(1) Y el SEÑOR dijo a Abram: Vete de tu tierra, de entre tus parientes y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.
(2) Haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
(3) Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.

(Génesis 15:6 RVR 1977) Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.

(Génesis 50:20 LBLA) Vosotros pensasteis hacerme mal, pero Dios lo tornó en bien para que sucediera como vemos hoy, y se preservara la vida de mucha gente.

Personajes Principales

Dios – El Creador y soberano absoluto del universo. Trascendente sobre su creación (es decir totalmente distinto a lo creado y no sujeto a sus limitaciones) pero íntimamente interesado en lo que sucede en esta.

Adán y Eva – Los primeros seres humanos. Creados a imagen y semejanza de Dios. Recibieron el mandato de gobernar sobre toda la tierra. Por su desobediencia a Dios la muerte se introdujo en el mundo, sin embargo Dios les da la primera promesa de un redentor. Adán es creado del polvo de la tierra. Su nombre está relacionado con la palabra hebrea para tierra (adamah). El nombre Adán también puede significar humanidad. Dios crea a Eva de una costilla (o costado) de Adán. Su nombre significa viviente.

Caín y Abel – Hijos de Adán y Eva. Caín se convirtió en el primer asesino al matar a su hermano Abel

Noé – Único hombre que Dios consideró justo en su época. Dios le ordenó construir un arca en la que él y su familia así como animales de cada especie se salvarían del diluvio con el que Dios habría de destruir toda vida sobre la tierra firme.

Abraham – Escogido por Dios para ser el precursor de la nación hebrea por medio de la cual serían bendecidas todas las naciones.

Isaac – El hijo que Dios le dio a Abraham y Sara y heredero de la promesa.

Esaú – Hermano mayor de Jacob. Desprecia su primogenitura (el derecho como hijo mayor) vendiéndola por un guisado de lentejas

Jacob –  Nieto de Abraham Hijo de Isaac y Rebeca, hermano de Esaú. Compra la primogenitura a Esaú. Posteriormente hace creer a su padre ya ciego que es Esaú para obtener la bendición que le tocaba a este. Escogido por Dios para ser el heredero de la promesa. Padre de doce hermanos de los cuales surgirán las tribus de Israel.

José – Hijo preferido de Jacob. Vendido por sus hermanos. Fue a Egipto como esclavo, pero Dios lo llevó ha ser el segundo al mando en Egipto. Por medio de José Dios libro a la nación de Egipto y a la familia de Jacob de una hambruna. José también llevó a su familia a vivir a Egipto donde eventualmente se multiplicarían y convertirían en una gran nación.

Resumen de Génesis – Los Origénes

El libro de Génesis narra como Dios creó los cielos y la tierra, hace al hombre y la mujer a su imagen y semejanza y los pone a cargo de toda la tierra y sus criaturas. Sin embargo, el hombre y la mujer desobedecen a Dios haciéndole caso a Satanás. Con esto destruyen su comunión con Dios y quedan condenados a la muerte tanto física como espiritual. Pero Dios no abandona su creación, sino que llama a Abraham para ser el antecesor de una nación (Israel) por medio de la cual vendría uno que reconciliaría a la humanidad con Dios, destruiría a Satanás y vencería la muerte.

Los primeros 11 capítulos narran la creación de la tierra, los seres vivientes y todo el universo. El hombre y la mujer, siendo la máxima creación de Dios por ser hechos a “su imagen y semejanza”, reciben la encomienda de ejercer señorío sobre la tierra y los demás seres vivientes. Sin embargo, Adán y Eva, pecaron contra Dios. Eva, haciéndole caso a la serpiente desobedece la prohibición que Dios les había hecho de comer del árbol de la ciencia del bien y el mal y luego induce a su marido a hacer lo mismo. La Biblia luego nos muestra que esta serpiente era el mismo Satanás, el padre de mentira, el ángel que se rebeló contra Dios (Apocalipsis 12:9; 20:2). Las consecuencias del pecado son terribles para Adán, Eva y su descendencia. Se introduce la muerte en el mundo, se rompe la comunión del ser humano con Dios y toda la creación sufre. Pero Dios no abandona su creación, sino que introduce un rayo de esperanza al prometer que, de la simiente de la mujer vendrá uno que destruirá a la serpiente que los indujo a pecar.

Los capítulos 4 al 11 presentan cómo la maldad fue extendiéndose en los descendientes de Adán y Eva. Caín, su hijo mayor, mata a su hermano Abel resentido porque Dios miró con agrado la ofrenda de este y no así la suya. El crecimiento de la maldad fue tanto que Dios decidió acabar con todo ser viviente sobre la tierra por medio de un diluvio. Sobre la tierra sólo había un hombre justo, llamado Noé. A este y su familia, 8 personas en total, Dios libra de la muerte instruyendo a Noé para que construyera un arca en la que  también se salvarían, parejas de todos los seres vivientes, preservando así las especies.

Luego del diluvio Dios da nuevas instrucciones a Noé y su familia y promete no volver a destruir la tierra mediante un diluvio. A pesar de este nuevo comienzo, la maldad de los seres humanos no se detiene. Los descendientes de Noé pronto se corrompen. Deciden construir una ciudad y una torre en desafío a la orden de Dios de esparcirse sobre toda la tierra. Dios detiene estos planes confundiendo su lenguaje de modo que no podían entenderse uno al otro. Como resultado se ven obligados a hacer lo que no querían, esparcirse sobre toda la tierra. A partir de ese momento la humanidad comienza a establecerse en distintos lugares creando ciudades, naciones y civilizaciones con diversos idiomas y culturas. Por otra parte, también comenzaron a olvidarse del verdadero Dios.

Las promesas de Dios a Abraham y su descendiencia

Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. (Génesis 15:5-6 RVR60)

A partir de Génesis 11:10 la atención deja de centrarse en toda la humanidad y se dirige, primero a la descendencia de Sem el hijo mayor de Noé y luego a la familia de uno de los descendientes de Sem llamado Taré. Este último vivía con sus hijos Abram, Nacor y Harán en una ciudad idólatra llamada Ur que se cree estaba localizada a las orillas del río Éufrates en lo que hoy es la región sur de Iraq. Allí Dios llamó a Abram, a separarse de su tierra y su familia para viajar a una tierra que Él le daría a conocer. Dios le prometió bendecirlo, hacer de él una gran nación y a través de él bendecir a todas las familias de la tierra. Abram obedeció y salió de Harán donde él, su padre Taré y su sobrino Lot se habían establecido tras salir de Ur. Sin embargo, la promesa de una descendencia parecía demorarse y su mujer Sarai, que era estéril, decidió dar a Abram su sierva Agar para tener hijos a través de ella. De este acto nació Ismael, de quien descienden los pueblos árabes. Pero Ismael no es el hijo a través del cual las promesas de Dios habrían de cumplirse. Siendo Abram ya de 99 años y su mujer, Sarai de 90 Dios cambia su nombre a Abraham, el de su mujer a Sara y les promete un hijo. Un año después, a pesar de que humanamente parecía imposible, nace Isaac el heredero de las promesas de Dios.

Dios confirma su pacto con Isaac. Su descendencia sería incontable como las estrellas del cielo, heredaría la tierra de Canaán y sería un canal de bendición para toda la humanidad.

Jacob

Rebeca, la esposa de Isaac le da a luz a Esaú y Jacob. Esaú es el mayor, pero el heredero de la promesa será Jacob. Esaú desprecia su primogenitura vendiéndosela a Jacob por un guisado de lentejas. Más tarde Jacob engaña a su padre ya anciano y ciego, haciéndole creer que es Esaú y así recibe la bendición que a este como hijo mayor le correspondía.

Jacob se ve forzado a huir de la furia de su hermano que desea matarlo y viaja a la tierra de Harán donde reside la familia de sus antepasados. A través de muchas circunstancias Dios cambia el carácter de Jacob, le da doce hijos a través de Lea y Raquel sus dos esposas y de Zilpa y Bilha siervas respectivamente de cada una de estas. Dios cambió el nombre de Jacob a Israel. De los doce hijos de este Israel tomaron luego nombre las tribus de lo que sería el pueblo de Israel.

José

José, a quien Jacob tuvo con Raquel en su vejez, era el favorito de su padre lo que sus hermanos resentían y le tenían envidia. Para empeorar la situación José le contó a sus hermanos un sueño que tuvo que parecía indicar que ellos vendrían a ser sus siervos y se inclinarían ante él. Luego tuvo otro sueño que implicaba que no sólo sus hermanos sino aún su padre Jacob se inclinaría ante él.

Un día José fue enviado por su padre a visitar y traer noticias acerca de sus hermanos que estaban apacentando el rebaño de Jacob. Los hermanos de José vieron la oportunidad de deshacerse de él y tramaron matarle, pero la intervención de Rubén el hermano mayor lo libró de la muerte. Luego, siguiendo el consejo de Judá, otro de sus hermanos, terminaron vendiendo a José a una caravana de mercaderes que iban hacia Egipto.

Los hermanos tomaron la túnica de José, la empaparon con la sangre de un cabrito y engañaron a su padre Jacob haciéndole creer que su hijo había muerto.

En Egipto José fue vendido como esclavo a un oficial del faraón (así se conocían los reyes de Egipto) llamado Potifar. Allí José prosperó y recibió la confianza de su amo quien lo hizo encargado sobre toda su casa. Así, le iba bien a José hasta que la esposa de Potifar puso sus ojos en él y quiso seducirlo. José rechazó los intentos de la mujer señalando que cómo habría de hacer tan “gran maldad y pecar contra Dios”.

La mujer falsamente lo acusó de haber tratado de violarla y José fue puesto en la cárcel. Sin embargo, en medio de todo este infortunio Dios estaba obrando. José se ganó la confianza del jefe de la cárcel quien puso bajo su cuidado a todos los presos. Un día el copero y el panadero del rey fueron a parar en la cárcel por ofender a este. Allí cada uno de ellos tuvo un sueño. Dios le dio a José la interpretación de ambos sueños. El sueño del copero significaba que sería restituido a su puesto, pero el del panadero significaba que sería ahorcado. Y efectivamente, así sucedió en ambos casos.

Dos años después el faraón tuvo dos sueños que lo perturbaron y nadie podía darle su interpretación. El copero se acordó de José y le contó al rey cómo este había interpretado su sueño y el del panadero. El rey mando a traer a José el cual le dio a faraón la interpretación. Los dos sueños significaban lo mismo: siete años de abundancia vendrían para Egipto seguidos de siete años de hambre. José le dijo a faraón que, para evitar que el pueblo pereciera de hambre durante los años de escasez, debía nombrar un hombre prudente y sabio para dirigir los esfuerzos de juntar y almacenar alimento durante los siete años de abundancia. Faraón decidió que, ya que que Dios le había revelado el significado de su sueño a José, este era el hombre idóneo para asumir esa responsabilidad. De modo que Faraón nombró a José como el segundo al mando sobre todo Egipto.

Cuando llegaron los años de escasez el hambre afectó a todas las regiones cercanas a Egipto incluyendo Canaán donde vivían Jacob y los hermanos de José. Sin embargo, gracias a José, los egipcios tenían alimento almacenado. Diez de los hermanos de José viajaron a Egipto a comprar alimento. Sólo Benjamín, el menor, se quedó con su padre. Al llegar a Egipto los atendió el mismo José, que estaba a cargo de los alimentos almacenados. Sus hermanos no lo reconocieron y se postraron ante él. José, en cambio los reconoció, pero no les revelo su identidad. Les vendió los alimentos, pero los acusarló de ser espías. Los hermanos de José explicaron que no eran espías sino que eran doce hermanos de los cuales uno había muerto y el menor (Benjamín) se había quedado con su padre. José dejó en la cárcel a Simeón, uno de los hermanos, y exigió que para liberarlo, comprobar que decían la verdad y venderles grano nuevamente tenían que regresar con Benjamín. Cuando los alimentos que llevaron se terminaron Jacob, aunque no quería, se vio en la necesidad de enviar a Benjamín con sus hermanos a comprar nuevamente alimento en Egipto.

En esta segunda visita José se dio a conocer a sus sorprendidos hermanos. Les aseguró que no tenían nada que temer a pesar de lo que habían tramado contra él. Lo cierto es que Dios había utilizado la maldad de los hermanos de José para preservar la vida de toda su familia. José hizo que toda su familia, un grupo de unas setenta personas, fuera a vivir a Egipto donde les proveyó terrenos en la región de Gosén, una de las mejores del país. Allí estarían a salvo de la hambruna que continuaba en todos los países vecinos y eventualmente crecerían hasta convertirse en una gran nación.

Antes de Jacob morir otorga a José una doble bendición al adoptar como suyos a Efraín y Manasés los dos hijos de éste. Luego Jacob llama a todos sus hijos y les predice lo que ha de acontecer con su descendencia. Notable entre estas bendiciones es la de Judá en la que se señala que el cetro, es decir el gobierno, no se apartará de esta tribu hasta la llegada de Siloh (aquel a quien le corresponde, o a quien le pertenece, es decir el Mesías) al cual los pueblos obedecerán. Esta es una predicción de que el mesías vendrá de la tribu de Judá

José murió en Egipto a la edad de 110 años, pero él sabía que Egipto no iba a ser la morada permanente de su pueblo. Sabía que Dios eventualmente los sacaría de allí y los llevaría a la tierra que había prometido a Abraham, Isaac y Jacob. Por eso antes de morir hizo que sus hermanos le juraran que cuando eso sucediera llevaran consigo sus huesos.

Génesis comienza con un mundo ideal donde el pecado no había entrado a la humanidad y por tanto todo funcionaba armónicamente. Los seres humanos vivían en comunión con Dios y en armonía con el mundo que Dios les había dado para gobernar. Sólo es en los últimos dos capítulos de Apocalipsis que volveremos a ver una situación semejante.

Fechas aproximadas relacionadas con los antecesores del pueblo hebreo

  • 2296 Nace Taré, padre de Abraham
  • 2167/2166 – Nacimiento de Abraham
  • 2066 – Nace Isaac el hijo de la promesa
  • 2006 – Nace Jacob, Dios luego le cambiará su nombre a Israel
  • 1916/1915 Nace José, hijo de Jacob y Raquel
  • 1991 – Muere Abraham
  • 1898 José es vendido como esclavo a unos mercaderes madianitas y estos a su vez lo venden en Egipto a Potifar
  • 1886 Muere Isaac
  • 1876 – Jacob y su familia van a vivir a la región de Gosén en Egipto
  • 1859 Muere Jacob en Egipto
  • 1806/1805 – Muere José en Egipto

Génesis

Rafael Valle Rivera

Rafael Valle Rivera es graduado de la Universidad de Puerto Rico, el Seminario Teológico Defensores de la Fe y el Seminario Evangélico de Puerto Rico. Ha dictado diversos cursos, entre ellos dispensaciones, teologìa y profecía en el Instituto Bíblico el Tabor, Es miembro de la Iglesia Evangélica Salvados por Fe afiliada al Movimiento Evangélico El Tabor.

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