Job – Si soy justo ¿Por qué sufro?

Job, su esposa y sus tres amigos

Job

El libro de Job junto a Proverbios y Eclesiastés forman lo que se conoce como los libros de sabiduría del Antiguo Testamento. Algunos estudiosos también clasifican a Cantares y algunos de los Salmos dentro de este grupo. En nuestra Biblias Job se clasifica dentro de los libros poéticos.

El libro de Job trata varios temas acerca de los cuales el ser humano ha preguntado desde siempre. El más prominente en este libro es del sufrimiento. Más exactamente, en Job encontramos el tema de por qué sufren los justos, aquellos que sirven y temen a Dios. El libro de Job presenta el sufrimiento de los justos como algo que no puede ser entendido por los meros razonamientos humanos pero que está bajo el control soberano de Dios.

Autor y fecha

El autor del libro es desconocido. Según la tradición judía el autor fue Moisés, otros lo atribuyen a Eliú (uno de los personajes del libro), otros piensan que pudo haber sido el mismo Job. Otros opinan que el autor pudiera ser Salomón ya que hay ciertas similitudes entre el libro de Job y los libros generalmente atribuidos a Salomón. Sea quien fuere el autor o la época en que se escribió, lo cierto es que el libro trata de un tema de interés para toda la humanidad en todo tiempo y lugar.

En el libro de Job no se menciona la ley de Moisés ni nada relacionado con ésta como el tabernáculo, el templo, el sistema sacerdotal o las fiestas prescritas por la ley. En vez de sacerdotes levíticos vemos a Job actuando como sacerdote para su familia ofreciendo sacrificios por sus hijos. Por otra parte, los nombres geográficos que se mencionan son cónsonos con los tiempos antes de que la ley fuera dada en el Sinaí. Otro factor es la larga vida de Job quien probablemente murió teniendo unos 200 años ya que vivió 140 años adicionales a los que ya tenía luego de ser restaurado. Esta edad es compatible con la de los patriarcas (Abraham, Isaac y Jacob) por lo que es muy probable que Job viviera durante la misma época de estos patriarcas.

Textos clave

Job 1:21… Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová me lo dio, y Jehová me lo quitó; sea bendito el nombre de Jehová.

19:25-27  Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver de nuevo a Dios; al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no los de otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

42:5-6 De oídas te conocía; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto, retracto mis palabras, y me arrepiento en polvo y ceniza.

Dividiendo el libro de Job

El libro de Job puede dividirse de esta manera:

  1. Capítulo 1:1-2:10 – Prólogo
  2. Capítulos 2:11-27 – Job y sus tres amigos
  3. Capítulo 28 – Job diserta sobre la sabiduría de Dios
  4. Capítulos 29-31 – Discurso final de Job defendiendo su inocencia
  5. Capítulos 32-37 – Intervención de Eliú
  6. Capítulo 38:1-42:6 – Dios habla a Job desde un torbellino. Job se arrepiente de hablar de lo que no entendía y demasiado maravillosas para él.
  7. 42:7-17 – Epílogo. Dios restaura a Job

Recorriendo el libro de Job

  1. Prólogo 1-2:10 El justo Job es atacado por Satanás

El libro comienza describiendo a Job  como un varón “perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Job había sido bendecido por Dios con siete hijos y tres hijas y además abundante riqueza material. En otras partes de la Biblia se le menciona. En Ezequiel 14:14 Job, Noé y Daniel son mencionados como ejemplos de un hombre justo y en Santiago 5:11 se le presenta como ejemplo de paciencia o perseverancia.

Los “hijos de Dios” mencionados en 1:6 son evidentemente los ángeles que aparecieron ante Dios en ciertas ocasiones, probablemente para dar un informe de su ministerio en la tierra (Hebreos 1:14). Como Judas entre los apóstoles, Satanás aparece con los ángeles. No sabemos por qué Satanás tuvo acceso a la presencia de Dios, pero Apocalipsis 12:10 nos deja ver claramente que tiene entrada al cielo, donde actúa como “acusador de los hermanos”. (Véase también Lucas 22:31).

Satanás dice que viene de “rodear la tierra y andar por ella” tal vez en busca de alguien a quien acusar y dominar (Ver I Pedro 5:8) o quizá como parte del dominio temporero que ejerce sobre el mundo y sus habitantes. (John F. Walvoord Roy B. Zuck. The Bible Knowledge Commentary. Cook Communications Ministries).

Cuando Dios habla de Job como un hombre perfecto temeroso de Dios, que ha escapado a la corrupción del mundo, Satanás lo admite el hecho, pero impugna el motivo de Job. Argumente que la razón por la cual Job sirve a Dios es porque le ha dado prosperidad.

Al atacar a Job, Satanás ataca también a Dios, pues sus palabras llevan la insinuación de que Dios no es capaz de ganar el amor desinteresado del hombre. Dios deseando vindicar su propio carácter y el de su siervo, somete a Job a una prueba. Es reconfortante notar que la aflicción de Satanás a los hijos de Dios es sólo por permiso divino.

Job pierde en rápida sucesión su riqueza, sus hijos y finalmente su salud. Ante esto su mujer lo incita a renegar de Dios. La respuesta de Job ante su desgracia que encontramos en 1:21 y 2:10 nos deja ver que Dios tenía razón en lo que había afirmado sobre la integridad de su siervo. Job soporta sus aflicciones con entereza, pero no puede entender la causa de estas. Se resigna a pensar que Dios envía el mal a los hombres, igual que envía el bien, y que, por ser Dios, tiene derecho a hacer lo que quiera con sus propias criaturas. Por lo tanto, los hombres deben aceptar el mal sin rechistar, así como aceptan el bien de manos de Dios

II. Job y sus amigos. (2:11 – 27:23)

Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. (Job 2:11 RVR60)

Tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, se enteraron de su desgracia, así que fueron a verlo. Luego de llegar estuvieron siete días sin decir palabra abrumados por el dolor de Job. Pasado este tiempo y luego de escuchar a Job quejarse y maldecir el día de su nacimiento rompieron el silencio y entraron en un diálogo con él. Al comienzo del libro de Job vimos la causa de las aflicciones de Job desde el punto de vista divino. Ahora veremos las opiniones de sus amigos sobre la causa de su aflicción. Al escuchar las declaraciones de los amigos de Job debemos recordar que sus opiniones en sí mismas no son inspiradas, ya que Jehová luego los acusó de hablar erradamente (42:8). Lo que es inspirado es el registro de esas declaraciones.

Estos hombres dijeron muchas cosas que eran verdaderas, pero no dijeron toda la verdad.

Los argumentos de los amigos de Job pueden resumirse así.

1. En su opinión el sufrimiento es el resultado del pecado. Por tanto, si una persona es afligida, debe concluirse que ha pecado.

2. Una desgracia o aflicción mayor indica un mayor grado de pecado. De modo que, cómo Job es el más afligido de los hombres, debe ser también el mayor de los pecadores.

3. Le dicen a Job que, si se arrepiente de sus pecados, Dios le devolverá su felicidad. Le advierten que su intento de justificarse sólo retrasará su restauración.

4. Admiten que a veces los malvados prosperan, pero afirman que esta prosperidad es sólo transitoria, pues pronto pasará y el castigo los alcanzará.

En sus respuestas a los argumentos de sus amigos Job niega con indignación la acusación de que ha pecado y lleva esta negación hasta el punto de la autojustificarse.

  1. Job sostiene que es posible que un hombre justo sea afligido y considera que es cruel que sus amigos lo acusen de pecado por hallarse en aflicción. Job no entiende el propósito de Dios al afligirlo. Da por sentado que cuando Dios distribuye el bien y el mal Dios, no toma en cuenta el mérito ni la culpa, sino que actúa de acuerdo con su soberana voluntad. Cree que hay momentos en que el que sufre tiene derecho a justificarse y a repudiar el decreto de Dios.

2. Más adelante Job se retracta de algunas de sus extravagantes afirmaciones, y admite que Dios generalmente aflige a los malvados y bendice a los justos. Sin embargo, insiste en que hay excepciones a la regla como, por ejemplo, cuando un hombre piadoso es afligido. Debido a estas excepciones es injusto llegar a la conclusión de que un hombre es pecador porque se encuentra afligido.

3. Cree que es nuestro deber adorar a Dios, aunque se sufran calamidades no merecidas; pero debemos abstenernos de juzgar duramente a quienes, cuando están afligidos, envían quejas contra Dios.

Capítulo 28 – Job diserta sobre la sabiduría de Dios

En este capítulo las palabras de Job no parecen ir dirigidas a la discusión con sus amigos, sino que lucen más bien como un monólogo o discurso consigso mismo. Job compara la búsqueda de la sabiduría con la tarea de extraer metales y piedras preciosas que se encuentran bajo la superficie de la tierra. Sin embargo, la sabiduría es de más valor y es más difícil obtenerla. Job, al igual que el libro de Proverbios concluye que la clave de la sabiduría es el temor de Jehová.

III. El mensaje de Eliú (32-37)

 Al finalizar la discusión entre Job y sus amigos, toma la palabra un nuevo personaje. Eliú es un joven que había estado presente mientras discutían, pero hasta entonces, por respeto a los otros que eran de mayor edad que él no había hablado. Ahora toma la palabra, censura a Job por su autosuficiencia y a los tres amigos por su dura condena de Job. Luego procede a explicar cuando Dios castiga o aflige a alguien es con el propósito de acercarlo a Él.

Los argumentos de Eliú pueden resumirse así:

1. Le señala a Job que se equivoca al jactarse de su integridad (33:8-13), y al hablar como si Dios le bebiese alguna recompensa. Dios no es deudor de ningún hombre (35:7). Por muy justo que sea Job, no tiene ningún derecho sobre Dios, pues todos los hombres son pecadores a los ojos de Dios.

2. Admite que las calamidades son castigos por los pecados cometidos, pero al mismo tiempo son correctivos. Los que comparativamente son más justos pueden incluso ser más afligidos que otros menos justos.

Si se logra el propósito de la aflicción y el afligido reconoce su falta, Dios le bendecirá con una felicidad mayor que la que tenía antes (33:14-33).

Eliud luego expone la majestuosidad y perfección de Dios en la creación, y reprende a Job por tratar de razonar con Él en vez de humillarse y confesar que estaba en falta (caps. 36, 37).

IV.  Respuesta de Jehová a Job (38:1 – 42:16)

En su respuesta Dios se dirige exclusivamente a Job. Dios no le ofrece a Job argumentos filosóficos ni justifica sus acciones. Sino que le da las revelaciones más efectivas, con las que desafía a Job en sus propios fundamentos erróneos. Primero desafía a Job por el error de poner en duda al Todopoderoso.

Al juzgar a Dios, Job estaba asumiendo que él tenía una capacidad para entender o valorar las cosas igual a la de Dios, el Creador de todo. En los capítulos 38 y 39, Dios reta la capacidad de Job para juzgar desde el punto de vista de alguien que conoce directa y personalmente todas las cosas en sus orígenes.

Esto hace callar a Job, un hombre de muy breve existencia y poco conocimiento comparado con el de Dios. Dios revela entonces a Job su asombrosa habilidad para crear y gobernar benévolamente los monstruos más espantosos del mundo antiguo, el behemoth y el leviatán, el hipopótamo y el cocodrilo del Nilo, evidentemente como una ilustración de su habilidad. Creando, por así decirlo, y gobernando benévolamente los problemas más espantosos que un Padre omnisciente y amoroso puede permitir que el “león rugiente” inflija.

Esto hace que Job salga del silencio para adorar a Dios. Confiesa que lo que había aprendido teóricamente antes de la certeza de la sabiduría y la bondad divinas es ahora una bendita realidad para él, satisfaciendo y regocijando tanto su corazón que todo pensamiento de argumentar su desierto bajo cualquier dispensación de Dios queda excluido para siempre.” – Stevens.

V. Conclusión (42:7-17)

Al final vemos que Dios usó las aflicciones como una prueba del carácter de Job, y como un medio de revelarle un pecado del que hasta entonces había sido inconsciente: la arrogancia. Los últimos versos de Job ilustran Santiago 5:11, RVR60  He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.


Job – Si soy justo ¿Por qué sufro?

Rafael Valle Rivera

Rafael Valle Rivera es graduado de la Universidad de Puerto Rico, el Seminario Teológico Defensores de la Fe y el Seminario Evangélico de Puerto Rico. Ha dictado diversos cursos, entre ellos dispensaciones, teologìa y profecía en el Instituto Bíblico el Tabor, Es miembro de la Iglesia Evangélica Salvados por Fe afiliada al Movimiento Evangélico El Tabor.

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